Ada Colau, obligada al pacto con Jaume Collboni y los votos de Manuel Valls

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Ada Colau ha elegido cerrando la vía de la apuesta independenrista y radical de Esquerra Republicana (ERC). La dirección de Barcelona en Comú (BeC, BComú) dio luz verde a que Ada Colau presente su candidatura a la investidura como alcaldesa del Ayuntamiento de Barcelona.



Lo logrará si el 15 de junio es elegida por mayoría absoluta. Tiene que recibir el apoyo de 21 de los 41 concejales. Los 10 de BComú, más los 8 del PSC y, 3 de los 6 de Manuel Valls -pero serán en bloque los 6-.

Todo se encamina hacia un pacto entre Ada Colau y Jaume Collboni. Fue a lo que instó Manuel Valls para dar el apoyo de su plataforma sin pedir absolutamente nada. Pero si se cierra y culmina esta operación, será un triunfo y un acierto de Manuel Valls, y un éxito de quienes han apoyado su candidatura y su campaña.

Se habrá cerrado el paso al independentismo en Barcelona en un giro de enorme importancia política y económica. Para el PSC es un momento relevante. Busca un tándem de eficacia en la gestión de la ciudad. Si se avanza en esa dirección, y se culmina el acuerdo, habrá una nueva etapa de Ada Colau.

Este cambio además será muy importanta para las próximas elecciones autonómicas que podrían celebrarse este año. Se avanza también hacia una recomposición de fuerzas. ERC no logró imponer su plan radical con Ernest Maragall. Se está abriendo una lucha entre radicales y moderados en JxCat (PDeCAT).

Ciudadanos, con el apoyo a Manuel Valls, ha sido crucial en el desbloqueo. Barcelona no ha traducido las tensiones de la política nacional. Pero ha evidenciado el hartazgo ante la hiperpolitización, la radicalización  y la falta de un liderazgo al servicio de entendimiento y el progreso. Ada Colau no debería olvidarlo.
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