El choque y la ruptura fue destructivo para todos. (Foto: Onda Cero)

Amargas lecciones aprendidas, la huída a Waterloo y la equivocación letal

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El desafío de construir la moderación, el entendimiento y la convivencia sigue abierto. ¿Puede existir la cohabitación entre sentirte catalanísimo y españolísimo?. Para el ex consejero de la Generalitat, Santi Vila, es indudable que sí. Es el gran reto abierto, construir o reconstruir un partido o movimiento pactista.

Santi Vila presentó en la Cadena Onda Cero, en el programa Más de uno, su libro Vencer y convencer. En él explica su posicionamiento sobre el independentismo catalán. Además, tras el juicio del procés, Vila considera que "se ha aprendido la lección" por lo que "difícilmente vamos a volver a ver que se tomen decisiones por la vía unilateral".

Subrayó que tras el procés, "difícilmente vamos a volver a ver que en Cataluña se tomen decisiones por la vía unilateral" ya que "se ha aprendido la lección y ni en lo simbólico tiene sentido hacer determinados planteamientos políticos que no llevan a ninguna parte".

Además, considera que el camino correcto hacia la autodeterminación "es el que predica el PNV, hay que ir ensanchando la base" y volver a la senda del diálogo. Por lo que descarta continuar con la vía de la violencia y cortes en las carreteras. Aunque recuerda que "el voto en Cataluña sigue siendo muy emocional" y "en la medida que tengamos muchos políticos en la cárcel o fuera de España para afrontar las consecuencias judiciales del procés a su manera, inevitablemente el voto va a seguir siendo muy emocional".

En cuanto a Carles Puigdemont, apuntó que, como en una tragedia griega, a veces un líder tiene que tomar una decisión que si acierta se queda solo, o se equivoca y se queda con los suyos, y Puigdemont optó por la segunda. "Era imposible que tomara la decisión que yo le recomendaba, le decía que no daba más de sí, que había que echar el freno para evitar el choque constitucional", recordó. Apuntó que "se había cometido la imprudencia de eludir el punto de vista de la política profesional y trasladarlas a la calle".

Asimismo, asegura que "Oriol Junqueras y Carles Puigdemont se miraban de reojo para ver quién iba a quedar bien ante la opinión pública catalanista". En ese momento, dice que sus posiciones de echar el freno se vieron muy cuestionadas.

Por otro lado, asume su responsabilidad al no haber sabido traducir todo lo que negociaban con el Gobierno de Mariano Rajoy en garantías públicas. "La incapacidad mía y de mis interlocutores en Madrid de dar publicidad y seguridad a aquello que habíamos conversado en privado, es verdad que se nos llevó por delante", comenta.

Sobre su relación personal con Puigdemont, dice que sí existe una discrepancia política total, porque "está convencido de que España es como Turquía, una pseudodemocracia", sin embargo, él no está de acuerdo, "no sé si Cataluña es como Lituania, lo que sí es seguro que España no es como la URSS". Aunque sí "empatiza mucho con el dolor que sufre, tampoco es un regalo irte a Waterloo para un mediterráneo y ver que a las 16.00 horas hay una niebla que no ves a tu vecino".
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