\"Estaba harto de tragarse sapos\", lo que dijo Juan Carlos I a Raúl del Pozo. (Foto: La Sexta)

La amargura de Juan Carlos I de que se hayan impuesto Villarejo y Corinna

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A sus amigos más íntimos y estrechos, Juan Carlos I ha confesado su amargura de que se haya creído más a Corinna Larsen y a José Manuel Villarejo que a toda su trayectoria y el peso de su reinado.

José Manuel Villarejo no es un policía cualquiera. Viajó a Londres para tener una entrevista (y grabarla en secreto) con la examiga del rey emérito. Villarejo buscaba con esa grabación chantajear a los servicios secretos españoles, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

La reunión con Corinna (Corinna zu Sayn-Wittgenstein) se celebró en una mansión en la zona de Eaton Square, en el barrio de Belgravia. Asistió también el expresidente de Telefónica Juan Villalonga. Todo está ahora en la pieza Carol del sumario Tándem y en manos del veterano juez instructor Manuel García Castellón. 

Juan Carlos I ha querido explicar a sus amigos más próximos tres cuestiones que considera esenciales: no está de vacaciones, no se ha exiliado, y tampoco ha abandonado España. Literalmente ha definido su viaje como "un paréntesis".

Ha podido estar, tras su salida del Palacio de La Zarzuela, en Portugal, en la finca familiar de la familia de João Manuel Brito e Cunha y Ana Filipa Espiritu Santo, una mansión cerca de Setúbal. Posteriormente habría podido trasladarse, en un vuelo privado, desde Oporto al aeropuerto de La Romana, en República Dominicana.

En otras ocasiones Juan Carlos I ha estado en la zona residencial de la urbanización Casa de Campo, La Romana, el centro más famoso de todo el Caribe que cuenta incluso con un puerto al que pueden acceder los cruceros. Allí, Juan Carlos I tiene una estrecha amistad con Pepe Fanjul y su esposa Emilia




Hay muchos hilos de unión entre Juan Carlos I y Pepe Fanjul y toda su familia. La hermana de la abuela de los Fanjul era Edelmira Sampedro, una cubana que se casó con el Príncipe Alfonso, hijo mayor de Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I.

El rey emérito no ha comunicado a sus amigos más estrechos donde está. Desea total intimidad para días de descanso fuera del ojo del huracán en el que le situó el gobierno de coalición de PSOE y Podemos. Pero tanto él en sus llamadas a amigos como su abogado han subrayado y recalcado que volverá de inmediato a España si es citado a declarar o imputado, cuestiones que por el momento no se han producido. En todo caso Juan Carlos I ha tenido muy en cuenta el momento de riesgo en los viajes y la expansión de la COVID-19 en América y en la cuenca del Caribe.

El nuevo ataque de Iglesias

A destacar en España mientras tanto el nuevo, duro y ácido ataque del vicepresidente segundo contra Juan Carlos I, Felipe VI y la Monarquía parlamentaria.

"La propia dignidad de la Jefatura del Estado implicaría que Juan Carlos diera la cara en su país y ante su pueblo", dijo Pablo Iglesias en los Informativos de Telecinco subrayando que "no es aceptable" que el rey emérito traslade su residencia fuera de España en plena investigación judicial.

Dijo que provoca "una imagen de nuestro país en el exterior" que "no es buena para nuestra democracia". Apuntó que "durante muchas décadas" hablar de la Monarquía, "en términos de corrupción", era un "tabú mediático".

Sentenció también la existencia de un debate "sobre la utilidad de la Monarquía" con un "movimiento histórico" entre los jóvenes que quieren una "república que modernice el país". 

Graves afirmaciones que mostraron sobre todo en la cumbre de líderes regionales en La Rioja el clima de frialdad del Rey ante el vicepresidente segundo, asunto que debería llevar a Pedro Sánchez a una seria reflexión.
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