El final del escrutinio, un volcán político. (Captura: UN/TWP)

Biden pide prudencia y paciencia frente a la grosera denuncia de Trump

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Fue una noche electoral de lucha cerrada que tuvo su momento culminante en Florida con derrota dolorosa del Partido Demócrata que le debe llevar a reflexionar a fondo en su relación con el voto latino. Joe Biden siempre fue por delante en las proyecciones de los votos del Colegio Electoral.



En el amanecer (en Europa) de este miércoles 4, en medida acertada, Joe Biden confirmó su avance pero pidió prudencia. Estados Unidos, como hace dos décadas, se encaminaba a amanecer tras un martes 3 de noviembre sin conocer aún el nombre de su nuevo presidente y con un escrutinio no cerrado.

Donald Trump, desde la Casa Blanca, convertida en su búnker personal de forma insólita y grave, contestó con un hilo de denuncia de fraude que Twitter no aceptó. A las 2,30 de la madrugada de Washington (8.30, hora peninsular española), Donald Trump proclamó su victora amenazando con dejar en manos del Tribunal Supremo el desenlace del escrutinio y exigiendo que se detuviera el recuento de los votos por correo que pueden sentenciar su derrota.



En el momento de las dos intervenciones, la foto del escrutinio reflejó un escenario aún abierto.

Votos del Colegio Electoral
Joe Biden, 238 (proyecciones)
Donald Trump, 213 (proyecciones)
(buscando los dos llegar al momento definitivo de los 270 votos electorales.

Votos populares
Joe Biden: 68.977.778 votos
Donald Trump: 66.260.528 votos

Senado
Partido Demócrata: 44 escaños
Partido Republicano: 47 escaños

Cámara de Representantes
Partido Demócrata: 204 escaños
Partido Republicano: 189 escaños

Atención a los factores en primer plano:

1. El voto por correo, el voto adelantado -un voto transversal) se ha mostado abrumadoramente favorable a Joe Biden.

2. Pese a los estragos de la COVID-19 no se ha producido un castigo de las bases del trumpismo al hombre que aconsejó ingerir lejía para acabar con el virus chino.

3. Si Joe Biden gana la elección, el Partido Demócrata debería revisar la imagen que proyecta sobre los latinos de partido arrogante de las dos costas. Biden nunca debió perder Florida. Un futuro de pactos y consensos para Cuba y Venezuela urge ser negociado. La relación plena con América Latina necesita estar en primer plano.

4. Si Donald Trump pierde y acepta abandonar la Casa Blanca, seguirá trabajando para su marca y sus negocios (con riesgo de ser imputado en irregularidades fiscales).. El Partido Republicano tiene que comprender que la relación con él ha sido (y es) tóxica. Los republicanos están llamados con urgencia a buscar un liderazgo (preferentemente femenino) de unidad y diálogo. De cerrar no heridas y brechas sino una profunda fractura que Trump cavó con ahínco hasta el final. Parece claro que trumpismo no es un modelo de convivencia y progreso para Estados Unidos y el mundo en el siglo XXI.

5. Los sondeos telefónicos nunca ofrecen un retrato fiel, sobre todo entre los latinos. Niguna encuesta, en el país de un marketing político sofisticado, supo retratar con plena certeza los diferentes escenarios.

El escrutinio definitivo tiene capítulos decisivos no cerrados y confirmados:

- Joe Biden podía dar el sorpasso (Ohio, ya confirmado, y Carolina del Norte).

- Joe Biden se acerca a la victoria en Arizona (que da al ganador 11 votos).

- El candidato demócrata tiene opciones de hacerse con tres territorios del cinturón industrial (Michigan, con 16 votos; Wisconsin, con 10, y Pensilvania, con 20).

- Biden mantiene opciones en Georgia (que cuenta con 16 votos).

Independientemente del resultado final, el Partido Demócrata (y las encuestas) nunca debieron subestimar la capacidad del fenómeno Trump. Un hombre que ama el fango necesitaba un liderazgo nuevo, joven y fresco. Si Joe Biden gana, es de absoluta prioridad para el Partido Demócrata la búsqueda de un sucesor ante una presidencia de transición.

Kamala Harris ha irrumpido como una mujer muy valiosa pero el país no está aún preparado para un liderazgo femenino tan enérgico y rompedor con raíces lejanas (Jamaica e India).

En juego está encontrar de nuevo el alma americana y devolverle su gandeza. Un presidente como Trump, que ama la bronca y el fango como habitat natural, no es el líder indicado. Simplemente si provoca una crisis instiucional y retuerce el brazo al Tribunal Supremo, la pesadilla continuará para Estado Unidos y el mundo entero.
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