Bildu, Compromís y Esquerra, el único apoyo de Pablo Iglesias Turrión

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El Pleno del Congreso de los Diputados tumbó la moción de censura promovida por Unidos Podemos contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por 82 votos a favor (Podemos y sus confluencias, más ERC y EH Bildu), 170 en contra (PP y sus aliados junto a Ciudadanos) y 97 abstenciones (PSOE, PDECat y PNV).

Al no alcanzarse la necesaria mayoría absoluta, el candidato alternativo, Pablo Iglesias Turrión, no quedó investido y Mariano Rajoy continúa como presidente del Gobierno.

La votación fue pública por llamamiento en aplicación de la Constitución y el Reglamento del Congreso de los Diputados, de forma que los parlamentarios fueron pronunciando su voto al ser llamados por su nombre por un secretario de la Mesa desde la tribuna.

La principal incidencia de la votación fue protagonizada por el diputado del PP Jorge Moragas, que pronunció un "sí" corregido inmediatamente con un "no". Otra aparente confusión no fue tal, ya que la abstención de Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, fue erróneamente repetida por el secretario de la Mesa como un "no" e inmediatamente corregida ante la aclaración sorprendida del diputado.

Fueron contabilizados 349 votos, ya que el diputado del PDECat Ferran Bel estaba ausente y fue llamado a votar por el secretario tercero, Marcelo Expósito, sin obtener respuesta.

Otros dos diputados ausentes emitieron su voto de forma telemática: Rita Bosaho, de Unidos Podemos, que votó a favor de la moción, y Alicia Sánchez-Camacho, del PP, que lo hizo en contra.

La portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, que protagonizó el martes un duro cara a cara con Pablo Iglesias, pronunció desde su escaño un contundente "pues no" cuando fue llamada a votar.

La votación se sucedió según lo previsto, con los votos a favor de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea y Compromís, además de los de ERC y EH-Bildu; en contra de los diputados del PP, de sus socios UPN y Foro Asturias además de Coalición Canaria, y también de Ciudadanos, y abstenciones del PSOE -incluido su socio de Nueva Canarias Pedro Quevedo-, del PDECat y del PNV.

Las lecturas políticas

Pablo Iglesias perdió su moción de censura. Por su parte Mariano Rajoy le desacreditó y cuestionó su nivel para ser presidente. En estos momentos el presidente del Gobierno se acerca al fin del trámite de Presupuestos para 2017, prepara el acuerdo para el 2018, y ha consolidado un liderazgo en el sur de Europa.

Mariano Rajoy se implicó a fondo en la primera jornada en las respuestas a Irene Montero y a Pablo Iglesias. Este miércoles, en la segunda jornada, solamente apareció en la Cámara antes de la votación. Es el único presidente de Gobierno que en una moción de censura no delegó intervenciones en sus ministros.

Dos días en el Congreso dejaron un mensaje claro. La mayoría de los grupos parlamentarios comparten la censura al Gobierno del Partido Popular. Pero no aprueban la llegada de Pablo Iglesias a La Moncloa y a la presidencia del Consejo de Ministros.

Solamente Ciudadanos ha apoyado a Mariano Rajoy. Explica el duro ataque de Pablo Iglesias a Albert Rivera y el rifirrafe entre ambos.

El PSOE se abstuvo porque, según destacó su portavoz provisional José Luis Ábalos, no comparten que Pablo Iglesias sea presidente; no hay mayoría suficiente; y será la nueva dirección socialista la que decida su propia estrategia.

Fue relevante que Pablo Iglesias no lograra los votos de PNV y PDeCAT. Los dos partidos se han abstenido porque rechazan que el líder de Podemos pueda ser presidente del Gobierno. Las distancias entre Podemos y los dos partidos han aumentado. Y sin embargo son claves para formar una alternativa a PP y Ciudadanos.

La corrupción es la gran cuestión política. El presidente del Gobierno tendrá que declarar como testigo en el juicio del caso Gürtel el próximo 26 de julio. 

Cataluña estuvo presente en la moción, pero no como cuestión central, con tres posiciones deefinidas:  rechazo a un referéndum ilegal; la propuesta de un referéndum pactado; y el apoyo a un referéndum unilateral. PP, PSOE y Ciudadanos en la primera posición; Podemos en la segunda; y ERC y PDeCAT en la tercera.

Ganadores y perdedores. Nadie triunfó. Mariano Rajoy deberá ser muy riguroso, y pedagógico, en la lucha contra la corrupción. Prestar la máxima atención a la regeneración política es una necesidad. Se impone ser leal al pacto con Ciudadanos.

Pablo Iglesias muy probablemente ha asumido el desgaste de perder la moción contra Mariano Rajoy a cambio de crear un nuevo espacio político para avanzar en una nueva relación con Pedro Sánchez. Pero ha desnudado en canal sus carencias. Corre el peligro de pasar a cuarta fuerza política. Fue una audacia presentar una moción de censura como tercera fuerza política. Las nuevas encuestas serán candentes.
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