Boris Johnson, la misión de sacar al Reino Unido de la Unión Europea
La primera pregunta de los nuevos meses que se abren gira sobre la personalidad volcánica de Boris. ¿Un bufón o un líder pragmático y sensato? En su etapa de alcalde de Londres (2008-2016) se mostró como un líder abierto a la diversidad. En su gestión como ministro de Exteriores (2016-2018) se convirtió en activista del Brexit.
Cumplido su sueño desde su etapa en Eton y Oxford. De forma inmediata la reina Isabel II le encargará la formación de Gobierno y el timón del Reino Unido desde el 10 de Downing Street. Para Boris su misión ya aparece como determinante. Las bases conservadoras que le han aupado como primer ministro son euroescépticas. Si no hay nuevas concesiones de la Comisión Europea, aplicará el Brexit salvaje el 31 de ocubre que afectará a las relaciones comerciales, el tráfico de bienes y personas, y sacudirá de forma dramática a las empresas.
Pero atención a los detalles. La Cámara de los Comunes no quiere una ruptura sin acuerdo. Hay diputados tories a favor de la Unión Europea, y contrarios a una ruptura radical. El Partido Conservador sólo tiene una mayoría frágil, de tres diputados, que podría quebrarse. El escenario de un choque entre Poder Legislativo y Poder Ejecutivo empieza a emerger.
Todo está abierto. Todo es peligrosos. Pero podrían construirse puentes de última oportunidad. Un periodo de transición de dos a cinco años. Y, sobre todo, aseguarr la continuidad futura de los intercambios libres en la frontera de Irlanda, que es cuestión clave.
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