Colombia ante el legado de Juan Manuel Santos y la paz con las FARC

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Un 2018 de extrema complejidad en Colombia con elecciones que son cruciales sobre los acuerdos de paz y en un escenario regional de agitación con el derrumbe de Venezuela.

Ninguna hipótesis habría que descartar. Puede producirse, de forma paralela a las elecciones en Colombia, un clima de colapso en Caracas donde crecen las críticas, en sectores políticos chavistas y miltares, a la falta de liderazgo, y sentido común, de Nicolás Maduro. Elecciones por tanto en Colombia (sin olvidar la situación que se vive en Venezuela) para elegir el nuevo Congreso el 11 de marzo, y primera vuelta de las presidenciales el 25 de mayo.

En Bogotá, en Casa de Nariño, concluyen los dos mandatos de Juan Manuel Santos con una doble cita electoral: elecciones legislativas y presidenciales. El escenario político es de extrema importancia porque el debate estará polarizado sobre los cimientos de la paz y la nueva Colombia de convivencia, lucha contra la corrupción, crecimiento económico y bienestar, y la necesidad de respuestas eficientes frente al narcotráfico y la inseguridad que aún pervive en las zonas rurales.

Hay varios escenarios con una elección presidencial que podría tener, por la fragmentación, dos vueltas con resultados muy diferentes. Son importantes por lo tanto las candidaturas y alianzas para el primer duelo electoral. Y se convertirán después en más decisivas. Se trata de espacios políticos que en un momento tendrán que ser convergentes:

Primer espacio. El primer dilema es el de la herencia de Juan Manuel Santos. El líder de lo que podría ser la corriente oficialista o quien quiera erigirse con la bandera en la mano de los acuerdos de paz negociados largamente en La Habana. Germán Vargas Lleras, líder del partido Cambio Radical, exvicepresidente y exministro de Interior y Vivienda. aspira a ese liderazgo.

Segundo espacio. Es también, como el oficialismo, de centro derecha y derecha. Pone a prueba los proyectos impulsados por el expresidente Álvaro Uribe y el expresidente Andrés Pastrana. El Centro Democrático y el Partido Conservador tienen a Iván Dique y Marta Lucía Ramírez como sus personalides más significativas.

Tercer espacio. En el área progresista, el escenario de lo que podría denominarse como una izquierda socialdemócrata, la irrupción con fuerza de Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín y exgobernador del departamento de Antioquia. A favor de la reconciliación como prioridad social y sin etiquetas ideológicas. Junto con la líder del Partido Verde, Claudia López, y el progresista Polo Democrático, de Jorge Enrique Robledo, bajo las siglas de la Coalición Colombia.

Cuarto espacio. En un área más marcada de izquierda, el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro. El proyecto de Colombia humana podría sumar más apoyos. Defiende un proyecto político de rechazo frontal de la corrupción. Es el espacio político también de la exsenadora Piedad Córdoba.

Quinto espacio. En las elecciones legislativas participan las FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común), con las mismas siglas pero otro significado. Tendrán diez escaños garantizados, según lo acordado en La Habana. Estarán en el nuevo Congreso. Su candidato en las presidenciales es Rodrigo Londoño, Timochenko.

Todos los escenarios políticas podrían cambiar si hay una victoria sorpresiva, y definitiva, en la primera vuelta de las presidenciales. Pero es claro que tanto la convivencia como el rechazo a la corrupción van a tener un peso decisivo.

Juan Manuel Santos culmina su gestión con el logro de la paz. El Premio Nobel de la Paz distinguió su coraje. Los comicios indudablemente van a medir este logro. Pero mucho más también pueden dar una respuesta contundente a la falta de decisión y voluntad política en la lucha contra la corrupción y el ambiente de impunidad.
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