Donald Trump está convencido de que Estados Unidos logrará en 2020 la vacuna contra la COVID-19. (Foto: Fox News)

Donald Trump frente a Joe Biden, confesiones a los pies de Abraham Lincoln

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¿Sigue Joe Biden en una posición de fortaleza? Las acusaciones de acoso sexual de Tara Reade (una exempleada en el Senado que afirma que la atacó en 1993) podrían abrir grietas. ¿Sucederá realmente?

Hillary Clinton le apoya. Lo mismo que su rival en la carrera hacia la Casa Blanca, Elizabeth Warren. También Nancy Pelosi, la líder demócrata en el Congreso, está convencida de su integridad. Stacey Abrams, la afroamericana que podría estar en la quiniela de opciones para vicepresidenta, le respalda abiertamente.

Por su parte Joe Biden ha negado de plano las acusaciones. "No, no es cierto, es absolutamente falso, nunca sucedió, nunca", le dijo a la periodista Mika Brzezinski, de la cadena MSNBC. El Partido Demócrata le cree y cierra filas con él.



En la otra cara de este pugna, el presidente y líder del Partido Republicano está convencido de que doblará el brazo a la espantosa pesadilla de la COVID-19. Pero su situación, por su alta responsabilidad, resulta incierta y especialmente quebradiza.



Donald Trump está "convencido" de que Estados Unidos ganará esta carrera tan especial de tener lista una vacuna en este 2020. Y que el balance final será de 80.000 víctimas. Fueron sus reflexiones en el encuentro virtual organizado por Fox News.

Aseguró que las medidas de restricción del movimiento han evitado hasta dos millones de muertes. Y rechazó tajantemente las informaciones de que ignoró las advertencias de las agencias de inteligencia sobre la gravedad del coronavirus en enero y febrero.



Los votantes le enviaron preguntas grabadas en vídeo. El presidente escogió el escenario impresionante del memorial mítico de la capital para asegurar que la respuesta de la Casa Blanca fue eficaz. Incluso a la sombra de Abraham Lincoln se quejó, amargamente, de que le han tratado peor que al presidente asesinado en 1865.

Qué sucederá dentro de seis meses es la pregunta que nadie se atreve a contestar de forma drástica en los ambientes políticos de Washington. DonaldTrump sin embargo está firmemente convencido de encajar todos los interrogantes: éxito de la mayor movilización de recursos desde el final de la II Guerra Mundial; un buen cuarto trimestre económico; y plena normalización de Estados Unidos dos meses antes de la elección.

Sobre otras cuestiones, el presidente no entró. Dejó al costado la política internacional en profundidad más allá de las controversias comerciales. Y no entró en absoluto sobre los pilares geoestratégicos del nuevo mundo que inevitablemente nacerá en este 2020. Será sin embargo la cuestión crucial sobre la que tendrá que pronunciarse el país (votantes muy diversos en formación, sensibilidades y expectativas). ¿Está Donald Trump a la altura de los nuevos desafíos para un segundo mandato? ¿Joe Biden aparece como la alternatva para recoger el espíritu de Barack Obama y devolver prestigio y fulgor a la Casa Blanca?
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