Sánchez atacó a Casado asegurando que Marlaska está \"destapando a la policía patriótica\" del PP. (Foto: @Congreso)

Estalla en el Congreso el escándalo de las muertes que oculta Sánchez

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En el debate en el Congreso de los Diputados sobre la sexta prórroga del estado de alarma, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, jaleó la crispación. Y lo hizo en el sentido exacto de jalear por la Real Academia Española (llamar a los perros a voces a seguir la caza).



El Gobierno logró la sexta prórroga del Estado de alarma con el apoyo del PSOE, Unidas Podemos (UP), Ciudadanos, PNV y la abstención de ERC. Pero el debate profundizó en la confrontación y la crispación política. Es la hoja de ruta marcada por Pablo Iglesias y que Pedro Sánchez secunda.

Sánchez imputó a la oposición planteando el "virus del odio". Pero en realidad es él y su Gobierno quienes  lo impulsan. Lo hizo el propio presidente en la Cámara con su "¡viva el 8-M’!" en una alusión directa a la crisis de las mentiras con el marco de los posibles delitos del ministro del Interior.


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El Gobierno de PSOE y Podemos -que pilotan personalmente el presidente del Gobierno y el vicepresidente segundo, a veces al margen de sus ministros- mostró que necesita la crispación para ocultar la cifra de los muertos en la pandemia en España y su gestión sanitaria.

En su intervención, el presidente del Partido Popular,  Pablo Casado, culpó directamente a Pedro Sánchez del cese ilegal del coronel Diego Pérez de los Cobos. Le instó a su restitución en el cargo, y le advirtió que han podido incurrir en los delitos de prevaricación y de revelación de secretos.

Exactamente es la investigación del 8-M (ordenada a la policía judicial de la Guardia Civil por la juez Carmen Rodríguez-Medel) lo que provocó el cese de Diego Pérez de los Cobos y suscitó la crisis que envuelve a Fernanado Grande-Marlaska y la directora de la Guardia Civil, María Gámez.

Tras el pacto de PSOE, Unidas Podemos y Bildu, y las acusaciones de golpismo lanzadas por Pablo Iglesias contra los líderes opositores, Pedro Sáncez mostró que necesita un clima de confrontación. Lo utiliza para tejer las costuras de su pacto con Podemos, ERC y PNV (al que se ha unido ahora Ciudadanos en jugada delicada y arriesgada de su líder, Inés Arrimadas).

Pedro Sánchez no dudó en introducir además una cuestión al margen del debate al hablar de la bandera española apuntando que "nadie tiene derecho a utilizar la bandera contra otros". Lo hizo para aludir a las manifestaciones motorizadas de Vox con la bandera de España.

Pero en la Cámara quedaron sobre todo las palabras de Pablo Casado sobre las víctimas que se ocultan. El Ministerio de Sanidad sitúa en 28.752 los fallecimientos por COVID-19. El Instituto Nacional de Estadística ha estimado la cifra de 43.945. Y la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (Aesprof) en 43.985. Tremendos datos muy diferentes al sorprendente ocultismo impuesto por La Moncloa.
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