La frontera irlandesa, un rompecabezas para evitar el Brexit salvaje

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Antes de la cumbre del G7, importante viaje de Boris Johnson a Berlín y París. Atención a que el reloj avanza. El primer ministro británico quiso arrancar nuevas concesiones a la canciller. Angela Merkel explicó a Boris Johnson que es el Reino Unido quien tiene que solucionar la cuestión de la frontera irlandesa que es crucial. Y ya sólo cuenta con dos meses.



Boris Johnson insiste en “que queremos un acuerdo” pero reclama acabar con la salvaguarda irlandesa. Angela Merkel le ha instado s ofrecer una solución alternativa en 30 días. La canciller actuó de forma hábil (y sorprendente) frentre al sucesor de Theresa May

Fue pedagógica en la cuestión del protocolo norirlandés subrayando que es posible alcanzar una solución alternativa. "La salvaguarda es la expresión de un problema sin solución. Cuando se resuelva el problema, no será necesaria”, apuntó.

Apuntó que el protocolo de la frontera norirlandesa fue concebido como un último recurso indicando que en principio se habían dado un plazo de dos años para lograr encontrar una solución para asegurar que se respetan los Acuerdos del Viernes Santo de 1998. “¡Pero tal vez podamos encontrar una solución en 30 días, ¿por qué no?!", planteó la canciller.

La Unión Europea -los Veintisiete- han recalcado a Londres que no aceptan cambios en el llamado protocolo del backstop. Este protocolo trata de evitar una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte, como estipularon los acuerdos de 1998.

Establece que en caso de que no hubiera acuerdo tras el periodo transitorio, Irlanda del Norte quedaría sujeta, en principio, temporalmente, a las reglas del mercado único y la unión aduanera, mientras el Reino Unido los abandona. Es decir, dentro de la isla se busca la garantía de que la frontera va a seguir abierta.

¿Qué es lo que va a suceder? Es una cuestión muy crucial. Le corresponde al Reino Unido imaginar una solución para encajar todas las piezas de un Brexit pactado. La canciller, con tacto e inteligencia, lo planteó con crudeza al primer ministro. Lo contrario será una catástrofe para el Reino Unido y abrirá un escenario de extrema confñictividad. 
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