Derrumbe de Salvador Illa ante el avance de Podemos sobre el PSOE. (Foto: @SalvadorIlla)

Fuerte tensión ante el plan radical de Iglesias y Sánchez de confinamiento

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La situación más delicada para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encuentra en la gestión del ministro de Sanidad, Salvador Illa. Nada ha salido como estaba previsto. En el domingo 26, hubo responsabilidad de papás y mamás en su salida con los niños. Se cometieron también excesos. Pero quedó demostrado el clima de ansias de libertad y de rechazo al confinamiento radical con medidas a trompicones, erradas y a la vez rectificadas que crean desconcierto.



Entre los ministros del PSOE, hay la clara sensación de que el ministro de Sanidad está totalmente desbordado y sin capacidad para establecer un liderazgo político ante la crisis de la COVID-19. Su suerte al frente del Comité de Crisis en La Moncloa es cada vez más incierta ante la fuerte presión de Podemos en el Ministerio de Sanidad. Y en un momento en que Pablo Iglesias presiona a Pedro Sánchez para extender a todo el mes de mayo el estado de alarma y el confinamiento, con el escenario incluso abierto a imponerlo también en el mes de junio.

Se extienda la percepción de que no existe un plan de desescalada y todo se improvisa. Choque frontal además del presidente del Gobierno con los dirigentes de las comunidades y dificultades a la vez para activar el Pacto para la Reconstrucción. La Conferencia de Presidentes ha medido de nuevo, de forma negativa, la capacidad del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para manejar la crisis. En estos momentos, España es el único país de la Unión Europea que no tiene definido un Plan de Desescalada.

Especialmente importante es el ambiente de crisis en torno a la figura de Salvador Illa. Se trata de una cuestión de especial importancia política y no especialmente conocida.

Salvador Illa no aterrizó en el Ministerio de Sanidad como hombre de ciencia y gran experto en cuestiones de salud. Llegó, en el plan de Iván Redondo, a un Ministerio de escaso relieve (por estar transferidas las principales competencias de Sanidad a las comunidades) para ejercer un liderazgo político.

Miquel Iceta le apoyó para ser el muñidor de los foros de dialogo en el eje Madrid-Barcelona (el Puente Aéreo Madrid-Cataluña). Contaba con todo el apoyo de José Luis Ábalos. Pero ha sido literalmente abrasado por la pandemia. Sin comunicación ni decisión. Especialmente JxCat, ERC y la CUP le han fustigado pensando sobre todo en el PSC y su impacto electoral. La COVID-19 podría tener así las consecuencias políticas más devastadoras y sorprendentes en unas próximas elecciones autonómicas e incluso generales en Cataluña (distrito clave para el PSC y el PSOE).
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