La muerte del capitán Borja Aybar tiñe de luto la Fiesta Nacional

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La muerte del capitán Borja Aybar, piloto de un avión Eurofighter perteneciente al Ala 14 del Ejército del Aire, tras su participación en el desfile del Día de la Fiesta Nacional, ha teñido de luto esta jornada que el Ministerio de Defensa había concebido para revindicar el "orgullo de sentirse español". Aybar, de 34 años, casado y con un hijo de cuatro meses, era natural de Puertollano (Ciudad Real) y acumulaba 1.238 horas de vuelo, 681 de ellas en Eurofighter y el resto en caza.

El avión se estrelló a las 12.09 entre el Parque de La Pulgosa y la base aérea de Los Llanos. El piloto no usó el sistema de escape del avión. Se baraja que Aybar no lo activó para no provocar males mayores ante la proximidad de zonas habitades y de un parque en el que jugaban niños.

Las causas concretas del accidente no se conocerán hasta que la Comisión para la investigación técnica de accidentes de aeronaves militares (Citaam) complete una investigación en profundidad.

En el desfile del Día de la Fiesta Nacional han participado ocho Eurofighter, cuatro pertenecientes a la base aérea de Los Llanos (Albacete) y los otros cuatro a la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla). Tras su participación en el desfile, uno de estos aparatos regresaba a Los Llanos cuando en la maniobra de aterrizaje se produjo el siniestro con este fatal desenlace. 

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal abandonaron la recepción en el Palacio Real tras saludar al Rey para dirigirse a Albacete y expresar el pésame de todos los españoles a la familia del capitán fallecido.

La noticia del fallecimiento del piloto ensombreció una jornada en la que la Guardia Civil y la Policía Nacional fueron los protagonistas al concentrar los mayores aplausos y vítores por parte de la gente que se agolpaba a lo largo del recorrido del desfile.

Vivas a España en La Castellana

Los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, llegaron minutos después de las once de la mañana a la Plaza de Lima de Madrid, junto a la Princesa de Asturias, doña Leonor, y la Infanta Sofía entre "vivas" a España y a la Corona, dando así inicio al desfile militar. Es la cuarta ocasión que el Monarca preside este evento desde que es jefe del Estado.

Felipe VI vestía el uniforme de gala del Ejército del Aire, con empleo de capitán general; la Reina lució falda y chaqueta gris, mientras que las niñas llevaban trajes en tonos rojizos.
Doña Letizia estuvo pendiente de sus hijas dándoles instrucciones de cómo debían actuar en el evento. La Reina, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía saludaron a la bandera al mismo tiempo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Los cientos de miles de personas que llenaban el Paseo de la Castellana con la bandera de España entonaron al paso del Rolls Royce de Patrimonio Nacional -que trasladaba a los monarcas- numerosos "vivas" a la Corona y a España, así como vítores a la Policía Nacional y la Guardia Civil, al tiempo que cargaron contra el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, al grito de "Puigdemont a prisión".

Multitud de asistentes y algunas ausencias

Asistieron al acto el presidente del Gobierno y las más altas instituciones civiles y militares del Estado. Entre ellos, todos los ministros a excepción de Luis de Guindos, titular de Economía, los presidentes del Congreso y del Senado y de otras instituciones como el Tribunal Constitucional y el Supremo, así como todos los presidentes de las comunidades autónomas, con la excepción del lehendakari, Íñigo Urkullu; el president Carles Puigdemont; y la presidenta de Navarra, Uxue Barkos.

Cabe destacar que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, portaba una bolso con los colores de la bandera española. También estuvo presente la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena -quien el año pasado no pudo asistir al encontrarse en dos cumbres de líderes locales en Quito (Ecuador) y Bogotá (Colombia)-; el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera; y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

En cambio, no asistieron los principales dirigentes de Podemos que, por cuarto año consecutivo, no participaron en los actos del Día de la Fiesta Nacional.

Entre los asistentes también se encontraban la Infanta Elena y su hija Victoria Federica, así como el expresidente del Gobierno Felipe González.

Novedades del desfile

Este año el desfile contó con la participación de unos 3.900 militares, guardias civiles y policías, 84 vehículos y 78 aviones. El coste de esta edición fue de alrededor de 400.000 euros.

El desfile estuvo trufado de novedades entre las que destacaron el cambio de ubicación (los 1.800 metros que separaban la Plaza de Castilla y la plaza de San Juan de la Cruz) con el objetivo de acercar a los españoles a las Fuerzas Armadas y la participación de la Policía Nacional tras más de 30 años.

También sirvió para homenajear a las víctimas del terrorismo. A tal efecto, estuvieron presentes los embajadores de aquellos países que perdieron a nacionales en los atentados del pasado 17 de agosto en Cataluña (Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Canadá, EEUU, Italia, Portugal y Reino unido); la familia de Ignacio Echeverría, el español que perdió la vida en un atentado en Londres el pasado mes de junio; y sendos representantes de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT).

En esta ocasión no desfilaron los miembros del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, que se encuentran actualmente en Cataluña.

Guiño histórico

Este año se aprovechó el 450 aniversario del establecimiento del Camino Español para homenajear a los pioneros que en 1567 abrieron esta ruta que une Milán (Italia) y los Países Bajos. Para ello, 68 militares del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey número 1 desfilaron ataviados con uniformes y armas de época y cumplieron con los usos y costumbres de aquel momento durante el desfile. Como nota curiosa, cabe destacar que la ropa que lucieron fue la que se empleó en el rodaje de la película Alatriste (2006).

A su vez, participó la bandera de Líbano como agradecimiento al hecho de que soldados de este país ondeasen una enseña española en la montaña de Ras Baalbek, de donde expulsaron a integrantes del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI), en señal de recuerdo a las víctimas de los atentados en Cataluña.

También desfilaron por primera vez alumnos de Medicina de los Cuerpos Comunes de la Academia Central de la Defensa y 120 gendarmes franceses que se encuentran de intercambio con la Guardia Civil en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada del Instituto Armado en Valdemoro (Madrid).

El acto comenzó con el tradicional homenaje a la bandera y a los que dieron su vida por España, tras ser depositada por un paracaidista del Ejército del Aire, que concluyó con el vuelo de la Patrulla Águila, que tiñó el cielo de la capital con los colores de la enseña nacional.

Posteriormente comenzó el desfile, cuya vertiente aérea contó con la participación de 78 aviones del Ejército del Aire, Armada y Guardia Civil, así como con los helicópteros de los tres ejércitos y del Instituto Armado.

Entre los aviones que desfilaron figuran los Hércules que participan en misiones internacionales en el continente africano, el P-3 Orión en la misión Eunavformed, de lucha contra el terrorismo en el Mediterráneo, y en la Atalanta, de lucha contra la piratería en el Índico, los Eurofighter y F-18 encargados de la defensa y control del espacio aéreo de soberanía nacional, el Airbus A310 y los Falcon 900 que participan en el transporte de autoridades y la proyección estratégica, las aeronaves que combaten los incendios, las de vigilancia marítima y el flamante Airbus A400M.

Asimismo, se pudieron ver los Eurocopter, los Tigre, los Cougar y Chinook del Ejército de Tierra; los Super Puma del Ejército del Aire; los SH-60B y los SH-3D de la Armada, así como el Eurocopter EC-135 de la Guardia Civil. El sobrevuelo de la Patrulla Águila con los colores de la bandera nacional puso el punto final al desfile aéreo.

Desfile terrestre

El desfile terrestre estuvo encabezado por la sección de motos de la Guardia Real. A continuación, desfiló la Unidad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil. En ella se integraron militares con discapacidad de la Asociación Española de Militares y Guardias Civiles con Discapacidad (Acime), seguidos de la Unidad de Reservistas Voluntarios.

No se vieron ni acorazados ni carros de combate, como viene siendo habitual desde que se aplicaron los primeros recortes en 2011, pero sí marcharon tres agrupaciones temáticas que recordaron a las misiones de Irak, Afganistán, Líbano, Mali y Atalanta, Guardia Civil, Policía Nacional y Unidad Militar de Emergencias (UME).

También hubo cuatro agrupaciones a pie del Ejército de Tierra, la Armada, la Guardia Civil, la UME y la Guardia Real, una de ellas a paso específico (Legión, que puso la nota de color con su mascota, el carnero Roco, y Regulares), y las unidades a caballo, que pusieron el cierre al desfile que tuvo una duración aproximada de una hora y media.

Después del saludo de los Reyes a las autoridades militares responsables y participantes en el desfile y su despedida, se arrió la bandera española alrededor de las 13.00 horas. Posteriormente, los Monarcas ofrecieron una recepción en el Palacio Real.
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