Nervios de Puigdemont y dudas sobre su fuga y su estrategia

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Nervios de Carles Puigdemont y enfado y desconcierto con sus asesores. El expresidente se siente ahora atrapado en Bruselas. Estaría estudiando fugarse de Bélgica a España y participar en la campaña frente a Oriol Junqueras quien podría estar el martes 5, en el comienzo de los mitines, en libertad.

Estalló el clima de lucha cainita entre expresidente y vicepresidete. Los nervios son en todas direcciones. Oriol Junqueras habría comprobado que Marta Rovira no ha logrado el despegue de ERC como esperaba el exvicepresidente. No acepta a la vez la presión del PDeCAT para que ERC pase a segundo plano aún en la hipótesis de ser la lista más votada.

Más nervios aún de Carles Puigdemont. Teme que una campaña desde Bruselas, con Oriol Junqueras en libertad, junto al resto de exconsejeros y los dos jordis, hunda sus expectativas. Las relaciones entre el PDeCAT y la lista del expresidente, JxCat, han entrado en crisis de desconfianza y recelo mutuo.

En este clima, Pablo Llarena, juez del Tribunal Supremo, citó a declarar este viernes 1 de diciembre, a partir de las 9.30 de la mañana, a los diez encarcelados por el proceso independentista de Cataluña: el exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras; siete exconsejeros y los expresidentes de ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Carles Puigdemont se da cuenta ahora del error, y ridículo de su fuga. Y tanbién de su cobardía. 

Pablo Llarena razonó su decisión en las peticiones de los encarcelados para que el Tribunal Supremo revise las medidas cautelares impuestas por la Audiencia Nacional. La juez Carmen Lamela les mandó a prisión incondicional. Esta decisión se produce además tras asumir la causa por rebelión, sedición y malversación. Los exconsejeros y los expresidentes de ANC y Òmnium habían pedido prestar declaración ante el juez Pablo Llarena para que el Tribunal Supremo revisara las medidas cautelares impuestas por Carmen Lamela y valorara la posibilidad de dejarles en libertad.

La mayoría de los encarcelados concurren a las elecciones. Si el juez les deja en libertad se implicarán de inmediato en el arranque de la campaña. Esta vez sólo tendrán que responder a las preguntas que los fiscales y el juez consideren necesarias para valorar si se les puede conceder la libertad condicional.

Los encarcelados esperan que se repita el efecto Forcadell. Quedar en libertad, bajo fianza asumible, si hay un compromiso de acatar el artículo 155 de la Constitución y asegurar que si siguen en política actuarán con respeto a la ley, la seguridad jurírica, y el orden  constitucional.
 
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