Podemos busca una salida a la crisis desatada por Errejón y Más Madrid

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El Consejo Ciudadano Estatal de Podemos se celebró este miércoles sin los protagonistas de las últimas semanas:  Íñigo Errejón, que anunció que será el candidato de la plataforma de Manuela Carmena en la Comunidad de Madrid, y Pablo Iglesias, secretario general del partido.

El primero porque había entendido que fue “vetado” después de que Irene Montero le emplazara a no asistir y prefirió no dar pie a más confrontación, y el segundo porque alegó que se encuentra de permiso de paternidad y optó por intervenir por teléfono, y el segundo.

En este sentido, Iglesias aprovechó su intervención telefónica para echar la bronca a sus compañeros más cercanos al sector Errejonista que se quieren sumar a la marca de Carmena. "Para qué sirve tener debates en el Consejo Ciudadano Estatal si hay compañeros que luego no respetan las decisiones de la formación", indicó Iglesias.

Eso sí, no dudó en admitir que “Íñigo, a pesar de todo, no es un traidor” aunque lo volvió a situar fuera de Podemos al acusarle de “hacer las cosas en secreto, por sorpresa y sin contar con los espacios colectivos”.

“Con todo, es legítimo que, por la vía de los hechos consumados, haya compañeros que abandonen nuestra formación. Hay que asumirlo con naturalidad y madurez”, repitió. Junto a eso, lanzó un aviso: “Mientras una Asamblea Ciudadana no decida nuestra autodisolución o nuestro fin como referente electoral, en Podemos las decisiones las toman los inscritos y los espacios colectivos”.

Fue la portavoz en el Congreso, Irene Montero, quien reiteró ante el Consejo Ciudadano Estatal cuál es su hoja de ruta. Señaló que hay que abrir ese proceso para construir una candidatura de unidad con IU y otras fuerzas, pasando por primarias, y después negociar con el “partido de Errejón”.

 
 
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