Puigdemont, Torra y Junqueras, pugna en la presión sobre Sánchez

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Un endiablado escenario político.

JxCat (Juntos por Cataluña) (8 diputados, la alianza de exconvergentes y PDeCAT), a través de la diputada y ex consejera de Presidencia, Elsa Artadi, exigió a Pedro Sánchez que reconozca como interlocutores a Quim Torra y Carles Puigdemont.

La portavoz y secretaria general adjunta de ERCMarta Vilalta, destacó por su parte que, en la mesa de negociación, el presidente de Esquerra Republicana y exvicepresidenteOriol Junqueras, tendría "un protagonismo principal". Lo destacó pese a que permanece en prisión en cumplimiento de la condena por sedición.

Por su parte el presidente de ERC en el Parlamento de Cataluña, Sergi Sabrià, enfatizó en la emisora RAC1 que la mesa de negociación debe estar liderada por Quim Torra “por un tema de respeto institucional”. En cambio, no considera imprescindible la participación de Carles Puigdemont, como exigió JxCat, y también apuntó que Oriol Junqueras no debe participar. .

Finalmente el vicepresidente del Govern y coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, ha recalcado que es necesario constituir "una mesa de negociación para solucionar un conflicto político".

PSOE y ERC han formado ya los equipos negociadores, que se reunirán el jueves 28 para acercar posturas. Lo harán después de que el lunes las bases de ERC voten sobre el apoyo a Pedro Sánchez.

Por su parte las bases del PSOE ratificaron el acuerdo con Unidas Podemos en lo que ha sido un respaldo del 92%. La participación, del 63,01%, superó en más de 11 puntos a la de la consulta del acuerdo de Gobierno con Ciudadanos en febrero de 2016, que alcanzó el 51,7%.

Atención al escenario que se está perfilando. El precauerdo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias necesitará forzasamente para su éxito la abstención de Esquerra Republicana (13 diputados). ERC, en el torrente de declaraciones, ya ha apuntando que solo habrá apoyo a una investidura si se vuelve a los acuerdos de la cumbre de Pedralbes.

Es decir, a la negociación política sabiendo que el objetivo marcado por Esquerra Republicana se centra además en arrebatar la presidencia de la Generalitat a JxCat, en lo que es una lucha sin cuartel entre Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, las brasas de rencor que nunca se apagaron.

Para analistas políticos y económicos, el escenario se está perfilando. Pedro Sánchez está dispuesto a cruzar todas las líneas rojas. Él mismo sabe que si fracasa su investidura será su muerte política. Paradójicamente lo que La Moncloa vetó hace hace diez meses para negociar los Presupuestos con ERC, ahora es posible. 

Pedro Sánchez, dispuesto a todas las concesiones ante la presión de un nuevo fracaso para el único presidente que no ha logrado ser investido tras unas elecciones. Emerge el verdadero nudo gordiano de la actual trama política.
 
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