Una atronadora ovación para Sánchez en la bancada socialista. (Foto: @PSOE/Congreso)

Rufián advierte que la moción de censura de Vox se dirige a Casado

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Ni los excesos de Pablo Casado, con una crítica constante y ácida, y una relación estrecha con la extrema derecha (actitudes que causan rechazo en el Partido Popular Europeo), ni la extrema vanidad de Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, de nuevo, pecó de falta de humildad y de prepotencia al querer que fuera la bancada del PSOE en pleno a llenarle los oídos con una atronadora ovación. Solo faltó que le mantearan en el hemiciclo como hicieron con Zidane (con justicia y cariño) en el Alfredo Di Stéfano.

Pedro Sánchez no marcó el camino a Europa como afirmó en el Congreso. El hito del acuerdo del Consejo Europeo salió de la reflexión a tumba abierta de Emmanuel Macron y Angela Merkel, el eje franco alemán. Y fue posible porque el nuevo eje Ámsterdam-Viena + lo apoyó. Pero atención a que este acuerdo tiene freno de mano , lo que ocultan con cuidado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

El Pleno monográfico sobre el Consejo Europeo acabó con la amenaza convertida en realidad. Santiago Abascal repite la jugada que hizo en su día Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy.

La extrema derecha de Vox  juega sus cartas a fondo contra la derecha democristiana moderada y centrista de los barones regionales del Partido Popular. En medio queda Pablo Casado con su equipo radical -Teodoro García Egea y Cayetana Álvarez de Toledo-. De una vez Casado tendrá que elegir: o dimite, o da un paso al costado, o opta por el rechazo total a cualquier relación con Vox. Alberto Núñez Feijóo, con su victoria histórica en Galicia, le marcó a Casado el camino de la rectificación.

La moción de censura no tiene ninguna posibilidad de triunfo. Solo llevará más fango a las instituciones y avivará el odio que se destila desde las bancadas de la extrema izquierda (Unidas Podemos) y extrema derecha (Vox).

Por una vez, Gabriel Rufian, portavoz de ERC, con su impertinencia, ha situado el próximo escenario político. "Esta moción no va contra Sánchez, va contra Casado", sentenció (y dio en el clavo).

Más interesante aún fue la percepción de Íñigo Errejón, de Más País, con su advertencia. "El éxito del Gobierno no dependerá de que la moción fracase sino de que los españoles dejen de tener miedo", subrayó.

En el nuevo escenario, la única opción de Sánchez es la de buscar, con lealtad, el mayor acuerdo y consenso posible para los próximos Presupuestos (PGE) (la tarea que insólitamente no ha acometido desde que llegó a La Moncloa). En las filas del PSOE, Margarita Robles le ha marcado con sagacidad el camino de la moderación y el pactismo.

Para Casado, solo se abre la senda del respeto y la colaboración con el PSOE dejando definitivamente al costado los recelos, las críticas y los insultos constantes. Si no se siente con fuerzas, debe dar un paso al costado. Cuca Gamarra ha mostrado coraje para asumir su relevo.

Si Casado insiste en sus errores, lógicaente el PSOE crecerá en los nuevos (y polémicos) estudios del CIS con votantes fugados del centro derecha. Sánchez esta vez no se encuentra en peligro político pero sí de soberbia y vanidad. Morir de éxito es un aviso que el PSOE tampoco debería olvidar en un escenario en el que no se otean (por el momento y si no hay desfallecimientos) nuevas elecciones generales.
 
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