El Tribunal Supremo no aceptó la arrogancia de Oriol Junqueras

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Oriol Junqueras reivindicó ser un líder democristiano, del corte de Angela Merkel, creyente. cristiano, y hombre de paz. Pero al mismo tiempo se negó a rectificar el plan de Esquerra Republicana de levantamiento contra la ley, el orden constitucional, la Constitución de 1978 y la convivencia democrática en el espacio político de España. Seguirá en prisión preventina. El criterio del Tribunal Supremo fue unánime. 

El Tribunal Supremo rechazó por tanto el recurso de Oriol Junqueras contra la decisión del juez Pablo Llarena de mantenerle en prisión ante el riesgo de que reincida. 

Por unanimidad, los magistrados de Sala de Apelaciones vieron indicios de la comisión de delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos. Y también, y esto es lo verdaderamente relevante, de riesgo de reiteración delictiva.

Oriol Junqueras no ha mostrado ningún indicio de arrepentimiento y de rectificación. Es decir, mantiene el plan del ala radical de Esquerra Republicana (ERC) -que él representa- de un proyecto político independentista. Oriol Junqueras se ha manifestado tan independentista y radical como Carles Puigdemont, partidario de la vía unilateral para conseguir la independencia de Cataluña y la ruptura con España, la Unión Europea, y la Zona euro.

El auto, que tuvo como ponentea al magistrado Miguel Colmenero, indica que la causa no se ha abierto para perseguir la disidencia política ni la defensa de una opción independentista. "No puede hablarse de presos políticos”. se subraya.

El Tribunal Supremo ha destacado que Oriol Junqueras ha participado como vicepresidente en un plan de declaración unilateral de independencia en contra de las resoluciones del Tribunal Constitucional. "Alzándose contra el Estado español, contra la Constitución, contra el Estatuto de Autonomía y contra el resto del ordenamiento jurídico”.. indicó, razonó y argumentó el Tribunal Supremo.

Subrayó que supone “un hecho ilegítimo, gravísimo en un Estado democrático de Derecho, en el que el cumplimiento de la Ley como expresión formalizada de la voluntad popular aprobada por sus representantes legítimos, y también la misma lealtad al propio sistema democrático que nos rige, imponen ciertos límites que deben ser respetados en aras de una convivencia pacífica y ordenada”.

Para analistas juríticos, Oriol Junqueras, frente a la postura de Carmen Forcadell de acatar el artículo 155, ha mantenido su arrogancia y su desafío. El Tribunal Supremo ha constatado la “ausencia de compromiso” con la “legalidad constitucional” y que no se produjera "ninguna renuncia al uso de vías ilegales para la defensa de su proyecto político”.
 
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