Una Cataluña partida por la mitad lo que más preocupa a Inés Arrimadas

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Inés Arrimadas, al mismo tiempo, tampoco quiere crear polémicas con PP y PSOE. Sabe muy bien los escenarios del Parlamento de Cataluña que no admiten comparación con la larga crisis de bloqueo político que se produjo en el Congreso de los Diputados.



La composición del Parlamento de Cataluña, tras las elecciones, es la siguiente:

Ciudadanos, 36 escaños, primera fuerza (centro) 

JuntsxCat (JxCat) (la marca en la que está integrado el PDeCAT) 34 escaños, segunda fuerza (derecha nacionalista e independentista)

Esquerra Republicana (ERC), 32 escaños, tercera fuerza (izquierda republicana e independentista)

PSOE (PSC), 17 escaños, cuarta fuerza (izquierda socialdemócrata)

En Comú-Podem (CeC Podem), 8 escaños, quinta fuerza (izquierda populista) (la formación denominada como los Comunes mantiene una actitud ambigua sobre la independencia de Cataluña)

CUP (Candidatura de Unidad Popular). 4 escaños, sexta fuerza (el partido calificado como los Cuperos, izquierda radical antisistema) (partidaria de declarar la república catalana)

- PP (PPC), 4 escaños (derecha)



Las opciones que se abren son las siguientes:

a) Una alianza inmediata de JxCat, ERC y CUP obtendría 70 escaños. Carles Puigdemont lograría la investidura en la primera votación.

b) Si no se produjera esa alianza, Inés Arrimadas no lograría ser presidenta en la primera votación pero sí en la segunda si  hay un apoyo a la líder de Ciudadanos de PSOE y PP (57 escaños); rechazo de JxCat y CUP (38) y abstenciones de ERC y CeC Podem (40).

Hay las siguientes cuestiones abiertas como enigmas y desafíos:

1. Ada Colau y Pablo Iglesias deberán pronunciarse sobre qué futuro quieren para Cataluña.

2. ERC, si hay una ruptura con JxCat, podría sopesar una abstención para evitar nuevas elecciones en Cataluña. Tampoco CeC Podem quiere nuevas elecciones.

3. La cuestión central, convertida en prioritaria para despejar otras opciones, es la de conocer finalmente si Carles Puigdemont decide instalarse en Bruselas (como prófugo de la justicia) o vuelve a Barcelona. Si quiere presentarse a la investidura, debe regresar. En ese momento podría ser detenido, llevado ante el Tribunal Supremo, y probablemente encarcelado. ERC y PDeCAT están también pendientes de esta cuestión. Si Carles Puigdemont no regresa, perderá fuerza política. El PDeCAT estuvo desaparecido en la campaña pero ahora podría emerger para definir el futuro de JxCat.

4. Entre las cartas que se tienen que despejar está la del rol de Elsa Artadi (Elisa Artadi). De jefa de campaña del expresidente podría pasar a convertirse en su candidata.

5. Una cuestión que preocupa a Inés Arrimadas se centra en el posible giro estratégico de ERC con nuevas condiciones a JxCat para formar una nueva coalición.

6. Después del 2 de enero, pueden producirse nuevas citaciones en el Tribunal Supremo (hay la incógnita de ocho votos; los tres en prisión y los cinco fugados en Bruselas). También podría quedar en libertad Oriol Junqueras.

7. A la vez, Inés Arrimadas considera muy importante el desenlace de la elección de la Presidencia de la Cámara y la Mesa del Parlamento. Ciudadanos, como primera fuerza en votos y escaños, ya ha anunciado que asumirá su protagonismo en esta batalla. 

Todo este escenario hay que contemplarlo a la vez sobre el fenómeno que arrasa en las redes sociales, Tabarnia (Barcelona y Tarragona frente a la Cataluña rural).

Atención a que en Cataluña no hay una división partidista (no existe un bipartidismo) ni tampoco ideológica (derecha frente a izquierda). Lo inquietante, y lo grave, es la semilla lanzada de formar parte de España o fundar un Estado independiente, aún a riesgo de quedar fuera de la Unión Europea y la Zona euro.

No hay por tato una crisis en la relación de Cataluña con España, a la que se podría encontrar soluciones. Es lo que han demostrado estas últimas elecciones. Hay una fractura interna.

Reino Unido y Unión Europea comprobaron lo amargo del proceso de Brexit. Catalexit (el divorcio que se pretende imponer en Cataluña) sería aún peor. Tabarnia, el fenómeno que ha surgido con fuerza en las redes, ilustra este debate: La franja de la costa es partidaria de seguir siendo parte de España; ahí están las grandes ciudades. La Cataluña interior, donde se encuentran las localidades más pequeñas y las zonas más rurales, plantea la ruptura con España y la independencia, con fractura incluso con la Unión Europea

De las cuatro capitales de provincias, tres están con España (las fuerzas llamadas unionistas). Ahí ganó Ciudadanos. Todos los municipios de Barcelona respaldaron también a Inés Arrimadas con la única excepción de Sant Cugat, San Just Desvern y Molins de Rei). En siete de los diez barrios de Barcelona se impuso Ciudadanos. De los diez distritos de Barcelona, en siete han ganado los unionistas (con Ciudadanos como primer partido).

No se puede, ni debe, criticar gratuitamente a Inés Arrimadas. Ya nadie se puede llamar a engaño. Se votó sabiendo que una Cataluña independiente sólamente caminará hacia la destrucción de su marca. ¿Dónde se halla la salida del túnel? Es una gran incógnita.
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