La llamada del Rey a una profunda unidad política. (Foto: @CasaReal)

Una unidad profunda, valores compartidos y verdadera solidaridad

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Una llamada muy especial a favor de la fraternidad y la unidad ante la pandemia del coronavirus y la enfermedad de la COVID-19 en la ofrenda del Rey Felipe VI al Apóstol Santiago.



El llamamiento del Rey se produce en un momento delicado. Bélgica y Noruega se sumaron a Francia en su recomendación de no viajar a España. Peligro de impacto y de cancelaciones masivas para el sector turístico.

A la vez, el  rescate europeo ha abierto un nuevo ciclo político y económico en España. La Unión Europea marcará la hoja de ruta para recibir unas ayudas indispensables para que la economía española supere la crisis. El otro gran requisito para la reactivación es que los partidos -especialmente Partido Socialista (PSOE) y Partido Popular (PP)- sean capaces de alcanzar grandes pactos de Estado. 

Ante el presidente en funciones de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (PP), y la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño (PSOE), Felipe VI subrayó lo crucial del clima de unión, pacto y consenso entre las dos fuerzas mayoritarias

El Rey llamó a la fratermidad y a la unidad. Y a la vez, destacó y elogio a la Unión Europea como la “construcción política social y económica más importante de la historia” reafirmando la vocación de la Corona de "ser punto de encuentro".

Este año, la ofrenda al Apóstol Santiago fue muy especial por las obras de rehabilitación de la catedral de Santiago de Compostela (que generaron la más singular ofrenda al Apóstol Santiago) y el peso e impacto de la COVID-19.

Con mascarillas, en la iglesia de San Martiño Pinario y con la presencia de los Reyes, un acto de especial relevancia.

Felipe VI insistió y subrayó su llamamiento a la “fraternidad y la unidad”. Destacó que son las ideas “que mejor germinan en el espíritu de los pueblos, moviéndolos hacia grandes logros". Y destacó que "hoy ese logro consiste en ser capaces de aminorar el impacto de la crisis, sin merma de la solidaridad entre personas y territorios que los españoles consagramos en la nuestra Constitución”.

Felipe VI quiso subrayar además, de forma clara -en alusión al acuerdo del Consejo Europeo sobre el programa de reconstrucción-  que “no estaremos solos en esa misión".Y destacó además que no hay espacio para la fragmentación”.

El Rey quiso destacar a la Unión Europea no solo por sus logros materiales sino "por la preservación de los valores democráticos consustanciales con la dignidad humana".

Incidió en el reto de salvaguardar estos principios y de responder a la vez con “prontitud y eficacia” a la crisis provocada por la pandemia a partir de “medidas solidarias”. En su llamada. subrayó que "la vocación y el deber de la Corona es ser punto de encuentro que permita recorrer unidos y en libertad el Camino (el Camino de Santiago) por el que discurre nuestra historia".

El Rey tuvo de nuevo un reconocimiento a las “miles de víctimas” del virus y se refirió a las “situaciones angustiosas” desencadenadas por el confinamiento, al tiempo que elogiaba “el impagable sacrificio de ciudadanos de todas las esferas de actividad, que combinaron la entrega sin límite con una profesionalidad extraordinaria”.

Felipe VI insistió y recalcó la importancia de “mantenernos diligentes y prudentes ante el virus”. Y recalcó que afrontar sus consecuencias sociales y económicas “requieren una unidad profunda en torno a nuestros valores compartidos y un compromiso firme en la búsqueda del bien común”.

Un discurso de peso que abre de hecho la nueva agenda política y económica de España tras el acuerdo histórico del Consejo Europeo que emplaza tanto a PSOE como a PP  a un profundo pacto de Estado y a un clima de unión política en el Congreso de los Diputados poniendo fin a un clima de ataques y crispación que la opinión pública ni comprende ni  acepta. El Rey lo subrayó.
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