El sudeste peninsular, la costa atlántica andaluza y Pirineos son las zonas de mayor riesgo sísmico. (Foto: Envato)

¿Puede ocurrir un terremoto en España igual que el de Marruecos?

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Marruecos ha experimentado su terremoto más devastador en una región donde los sismos son poco comunes y, aunque no completamente inesperados, ninguno había sido de tal magnitud hasta ahora. Siendo vecina de la península ibérica, surge la pregunta de si España podría enfrentar un terremoto de semejante intensidad.

El terremoto en Marruecos, con una magnitud de 6,8 en la escala Richter, golpeó de manera devastadora al país la pasada noche, exacerbando la tragedia al sorprender a la población mientras dormía en sus hogares. El epicentro se ubicó a una profundidad de ocho kilómetros en la localidad de Ighil, a unos 63 kilómetros de Marrakech.

Las consecuencias han sido desoladoras: miles de viviendas destruidas, pueblos enteros arrasados y un número creciente de víctimas bajo los escombros.

Hasta el momento, el desastre ha cobrado la vida de casi 3.000 personas y ha dejado a más de 5.500 heridas. Las cifras de víctimas continúan aumentando día tras día, y los estragos han sido especialmente devastadores en dos regiones: Al Hauz, con 1.643 fallecidos reportados hasta el momento, y Tarudant, donde la cifra asciende a 976.

En el contexto de España, las áreas con mayor riesgo sísmico se ubican cerca de la convergencia de las placas euroasiática y africana, abarcando provincias como Alicante, Murcia, Almería, Granada, Málaga y Cádiz.

Además, la ciudad de Melilla también se encuentra en una zona de riesgo sísmico. Es importante recordar que el terremoto más devastador registrado en España ocurrió en Almería en 1522, cobrando la vida de más de 2.500 personas, dejando la capital en ruinas y destruyendo alrededor de 80 localidades.

Los expertos también señalan que los eventos potencialmente más catastróficos podrían ocurrir en el Océano Atlántico, donde ya se tiene registro de un precedente notorio: el terremoto de Lisboa de 1755, que se originó a unos 200 kilómetros de la costa y tuvo una magnitud aproximada de 8,5.

Este sismo devastó la capital portuguesa, cobrando la vida de un tercio de su población, y llegó a afectar a diversas poblaciones en España, como Ayamonte, donde hubo cientos de víctimas, y Salamanca, donde se produjeron daños estructurales en algunos edificios.

Posteriormente, en 1969, se registró otro terremoto en el Cabo de San Vicente con una magnitud de 7,8, que se sintió con gran intensidad en Andalucía Occidental y el sur de Portugal.

Además de los efectos directos de los temblores, en este caso, el mayor peligro podría residir en la posibilidad de que se generen tsunamis potencialmente destructivos que lleguen a la costa.

La costa andaluza, en especial Huelva y Cádiz, presenta uno de los índices de peligrosidad más altos en España en cuanto a maremotos, aunque, en comparación con otras regiones del mundo, se considera un riesgo moderado en la escala global.

Manuel Regueiro advierte que existe una alta cantidad de terremotos poco profundos y de gran intensidad frente a la costa de Huelva y Cádiz, y cualquiera de ellos podría desencadenar un tsunami.
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