La concertación de Ciudadanos, PSOE y PP con pacto con Comunes

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Caminata de Mariano Rajoy en Barcelona despuntando las primeras luces de este martes 19, último día de la campaña electoral en Cataluña.

El presidente del Gobierno (que es un hombre bregado, de naturaleza gallega, afable y no alambicado en los encuentros directos) indudablemente vive estas horas finales con suspense. Su apuesta fue arriesgada y valiente. Una mínima intervención administrativa del artículo 155 para celebrar unas eleciones inmediatas o exprés como única salida a la vía muerta del procés.

Pero la primera sorpresa ha sido la de comprobar que las tres fuerzas indepentistas (con Carles Puigdemont fugado a Bruselas; Oriol Junqueras en prisión; y la CUP exigiendo la república) no han cambiado ni sola coma de sus planes. Han actuado en la campaña como si el procés no hubiera ocurrido, como si nada hubiera fallado. En su argumentarios, han recurrido además a falsas promesas de nuevo pese al fracaso del plan independentista.

El final de la campaña deja por lo tanto una primera y urgente reflexión. Quienes pretendan lograr sus objetivos al margen de la ley no deberían poder presentarse.

La segunda cuestiín importantes es la posición de Mariano Rajoy. Tiene bien asumido (y el presidente es un estudioso de las encuestas y análisis de la evolución de la opinión pública) que el PP nunca va a ser fuerza rectora ni en el País Vasco ni en Cataluña. Por eso en el País Vasco ha buscado fortalecer su canal de diálogo con el PNV. De esta forma ha logrado estabilidad para un Gobierno en minoría.

En Cataluña, la apuesta personal de Mariano Rajoy es la coordinación política en torno a la lista más votada de los partidos que defienden la ley y la Contitución. De ahí que la expectación del presidente se centre en el duelo de Inés Arrimadas y Miquel Iceta. Si Ciudadanos gana de forma clara, le corresponde a Inés Arrimas formar un Gobierno que sería histórico en Cataluña.

Inés Arrimadas avanzó el concepto, si gana, de equipo de gobierno transversal. Es decir, con consejeros de otros partidos que defienden la ley y la Constitución como el PSC y el PPC. Un Gobierno que supondría un pacto con formaciones de diferentes sensibilidades al que Inés Arrimadas quiere sumar la figura de independientes, hombres y mujeres sin carné de partido para facilitar los acuerdos y garantizar la buena gestión.

Si ese escenario se produe, Pablo Iglesias y Ada Colau van a tener que posicionarse sobre una misión esencial. Apoyar la salida política que ponga fin al procés (la independencia y ruptura con la Unión Europea que no es viable) y devuelva a Cataluña y Barcelona su reputación perdida.

Mariano Rajoy en su caminata reflexionó en Barcelona sobre el otro escenario que sería más crudo. Una victoria de Oriol Junqueras y de Carles Puigdemont como primera y segunda lista más votadas supondría la ruptura con la Corona, la unidad de España y el desprecio a la Unión Europea. Ese escenario es posible. Su suerte final queda esta vez en manos de los votantes. Si lo aupan a la Generalitat acabarán con la marca de Cataluña, golpearán a la economía de España y tumbarán la recuperación y expectativas de crecimiento. Y, por supuesto, pondrán punto final al Gobierno de Mariano Rajoy y a la actual legislatura.
 
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