De Nadia Calviño a Pablo Iglesias, el volantazo de Pedro Sánchez

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Un pacto que inquieta e intriga en sectores del propio Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Si la apuesta radical de Pedro Sánchez resulta efímera, su daño puede ser enorme en la escena política y económica y letal para el propio partido.



Con el eufemismo de "un Gobierno de coalición rotundamente progresista", la coalición decidida por Pedro Sánchez con Pablo iglesias es una operación de radicalismo político inédita en un Gobierno en España desde la II República.

El acuerdo oculta que Pedro Sánchez se ha debilitado y ha tenido que ceder. Para que salga la investidura,  Pedro Sánchez y Pablo Iglesias necesitan el apoyo de Más País, PNV, PRC, BNG y Teruel Existe. Y a la vez la abstención de ERC y Bildu. Los dos la dan por descontado (se ha hablado y negociado).



PSOE y Unidas Podemos suman 155 de los 350 escaños del Congreso. Esperan sumar los siete diputados del PNV, los tres de Más País-Compromís, uno del Bloque Nacionalista Galego, otro del Partido Regionalista de Cantabria y uno más de Teruel Existe. Sumarían 168 diputados. Para que Pedro Sánchez sea investido en segunda votación se necesitarían varias abstenciones. Con las de los 13 diputados de ERC y los cinco de EH Bildu se lograría.



Hace apenas una semana, Pedro Sánchez dijo que el PSOE quería crecer hacia el centro, prometió mano dura en Cataluña a través de la Fiscalía y anunció la vicepresidencia de Nadia Calviño como garantía de ortodoxia económica. Tras la votación, y constatar la pérdida de 750.000 votos, no ha dudado en abrir las puertas de La Moncloa y del Consejo de Ministros a Podemos y cerrar de forma exprés una coalición radical con Pablo Iglesias cediendo todo el poder de decisión político y económico. ¿Qué coste supondrá para el PSOE? Es la cuestión que a pesos pesados del partido inquieta e intraiga.  
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