Rull (JxCat) contra Tardá (ERC), la lucha abierta del independentismo

Compartir en:
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
Inés Arrimadas urgió salir del laberinto. Todo está sucediendo a contrarreloj en Barcelona y en Bruselas en una escena en la que se está debilitando la llama del expresidente fugado. Se apagará definitivamente cuando haya una investidura formal con un nuevo presidente o presidenta de la Generalitat.



Fue definitivo lo vivido el sábado 27. El Tribunal Constitucional, por unanimidad, negó la opción de investidura vía Skype, telemática o delegada. Carles Puigdemont no tiene otro espacio por lo tanto que el de viajar de Bruselas a Madrid para comparecer en el Tribunal Supremo, ante el juez Pablo Llarena. Ya no puede escaparse de la senda que recorrió Oriol Junqueras, hoy en la cárcel de Estremera.

Puede escoger otras opciones pero todo apunta a que ya no hay espacio para el tumulto, la bronca o la astracanada. Carles Puigdemont quedó retratado en su viaje a Copenhague. Su crédito en Bruselas acabó. En Barcelona no hay futuro para quien se negó a convocar elecciones, se levantó contra la Constitución y atropelló la ley.

Sin duda son horas de rifirrafe después del dictamen del Tribunal Constitucional entre Junts per Catalunya (JxCat) y Esquerra Republicana. No ganaron las elecciones. Pero nunca aceptaron dejar el poder ni dar un paso al costado, con la abstención, para abrir un Gobierno de Inés Arrimadas. Ni siquieran tuvieron interés en tratarlo o de tender puentes de diálogo. 

¿Puigdemont o nuevas elecciones? ¿Puigdemont o el tumulto? ¿Puigdemont fuera definitiva de la política y la escena mediática? ¿Roger Torrent, un presidente de la Cámara con respeto a la ley y la Constitución?

Queda por ver el desenlace del final de enero. 

Joan Tardà (ERC) avanzó el nuevo paso a La Vanguardia: "No podemos poner en riesgo la victoria del 21-D, nos obliga a no jugar a la ruleta rusa. Es imprescindible tener un Govern".

Josep Rull (JxCat) le respondió. "Las elecciones son un escenario posible. Veremos qué pasa. Lo que intentan es abatir lo que ha votado la gente, y quizás debe ser la gente la que decida", apostilló en Catalunya Ràdio.

La Mesa del Parlamento de Cataluña debe decidir este martes 30 si acata la decisión del Tribunal Constitucional. O si opta, por el contrario, por celebrar el pleno de investidura del expresidente prófugo aunque no esté presente. 

Carles Puigdemont, un hombre que desprecia la ley, no ha valorado la finira del juez Pablo Llarena y del Tribunal Constitucional. Para asistir a su investidura necesita un permiso del juez del Tribunal Supremo. Por lo tanto debe entregarse primero a la justicia y después pedir la autorización a Pablo Llarena. El juez no se la concedió a Oriol Junqueras cuando pidió participar en la sesión de constitución del Parlamento de Cataluña.

Podría sopesar un regreso a lo James Bond, desafiando a Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil, y cayendo en paracaidas o emergiendo de las cloacas. Pero el show perdió gas en Copenhague y el miedo a pisar la cárcel de Estremera es patente.

Por el momemto en este lamentable culebrón contra el prestigio y la reputación de Barcelona y de Cataluña, los diputados Lluís Puig y Clara Ponsatí (Junts per Catalunya), exconsejeros de la Generalitat cesados, han renunciado a sus actas de diputados. También la exconsejera Meritxell Serret (ERC). Tratan de garantizar los 68 votos, la mayoría absoluta,  para el independentismo y cerrar el paso a Inés Arrimadas y Ciudadanos. Es la única hoja de ruta activada. 
Compartir en: