El 19 de abril de 1995, el año en que sobrevivió José María Aznar
Un domingo 19 de abril muy especial para el expresidente del Gobierno, José María Aznar. Hace cinco lustros. ETA intentó asesinarle. El 19 de abril de 1995, la banda terrorista accionó una bomba al paso del coche del entonces jefe de la oposición. Los terroristas quisieron repetir la operación del magnicidio de Carrero Blanco.
El vehículo del entonces presidente del Partido Popular (PP) y líder de la oposición pasaba por el cruce entre las calles José Silva y Arturo Soria de Madrid cuando a las ocho y once minutos de la mañana un artefacto explosivo detonó cerca del coche.
Aznar salió ileso del intento de asesinato gracias a que la carga de cuarenta kilos de amosal impactó en la parte delantera del vehículo, cerca del motor, y por efecto del fuerte blindaje. A pesar de ello, el coche en el que viajaba el expresidente del Gobierno sufrió fuertes daños.
La explosión provocó quince heridos de distinta consideración y una víctima mortal, Margarita González Mansilla, de 73 años, que dormía en un edificio colindante y que acabó perdiendo la vida aplastada por el derrumbamiento de su vivienda.
Tras la detonación, Aznar fue socorrido de emergencia en la cercana clínica Belén. Sus primeras palabras nada más recuperarse de la conmoción fueron “estoy bien, estoy bien, ¿cómo están los míos?”, en referencia al chófer, Estanislao Cumplido, y a los dos escoltas que viajaban con él en el vehículo.
Visitó en el hospital a Margarita González y se mantuvo constantemente informado sobre su estado hasta que esta acabó falleciendo tras unos meses en coma.
En una entrevista reciente en la Cadena COPE, José María Aznar rememoró aquel día y recordó que lo primero que hizo tras la explosión fue palparse las extremidades “para ver si estaba entero”.
A continuación, después de la primera atención sanitaria, el expresidente llamó a su mujer y a la sede del partido para informar de que estaba bien.
Aznar confesó que uno de los motivos por los que probablemente sobrevivió al atentado fue el hecho de que el secretario general del Partido Popular, por entonces Francisco Álvarez Cascos, había encargado sin él saberlo un nuevo blindaje para su vehículo. “Si no llega a tomar él esa decisión, yo no estaría hablando ahora mismo”.
Pero no acabaron ese día los intentos de ETA por asesinar a José María Aznar. Cuando este ya era presidente del Gobierno, en 2001 la banda terrorista trató por tres veces en un lapso de trece días acabar con su vida. En aquellas ocasiones lo intentaron usando un lanzamisiles dirigido hacia el avión del presidente. Afortunadamente, el arma, una SAM-7 de fabricación rusa, falló en las tres tentativas.
El vehículo del entonces presidente del Partido Popular (PP) y líder de la oposición pasaba por el cruce entre las calles José Silva y Arturo Soria de Madrid cuando a las ocho y once minutos de la mañana un artefacto explosivo detonó cerca del coche.
Aznar salió ileso del intento de asesinato gracias a que la carga de cuarenta kilos de amosal impactó en la parte delantera del vehículo, cerca del motor, y por efecto del fuerte blindaje. A pesar de ello, el coche en el que viajaba el expresidente del Gobierno sufrió fuertes daños.
La explosión provocó quince heridos de distinta consideración y una víctima mortal, Margarita González Mansilla, de 73 años, que dormía en un edificio colindante y que acabó perdiendo la vida aplastada por el derrumbamiento de su vivienda.
Tras la detonación, Aznar fue socorrido de emergencia en la cercana clínica Belén. Sus primeras palabras nada más recuperarse de la conmoción fueron “estoy bien, estoy bien, ¿cómo están los míos?”, en referencia al chófer, Estanislao Cumplido, y a los dos escoltas que viajaban con él en el vehículo.
Visitó en el hospital a Margarita González y se mantuvo constantemente informado sobre su estado hasta que esta acabó falleciendo tras unos meses en coma.
En una entrevista reciente en la Cadena COPE, José María Aznar rememoró aquel día y recordó que lo primero que hizo tras la explosión fue palparse las extremidades “para ver si estaba entero”.
A continuación, después de la primera atención sanitaria, el expresidente llamó a su mujer y a la sede del partido para informar de que estaba bien.
Aznar confesó que uno de los motivos por los que probablemente sobrevivió al atentado fue el hecho de que el secretario general del Partido Popular, por entonces Francisco Álvarez Cascos, había encargado sin él saberlo un nuevo blindaje para su vehículo. “Si no llega a tomar él esa decisión, yo no estaría hablando ahora mismo”.
Pero no acabaron ese día los intentos de ETA por asesinar a José María Aznar. Cuando este ya era presidente del Gobierno, en 2001 la banda terrorista trató por tres veces en un lapso de trece días acabar con su vida. En aquellas ocasiones lo intentaron usando un lanzamisiles dirigido hacia el avión del presidente. Afortunadamente, el arma, una SAM-7 de fabricación rusa, falló en las tres tentativas.
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