"Ana Julia Quezada, no vas a ir a la cárcel", la grabación más cruel

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Continúa el juicio contra Ana Julia Quezada. En esta tercera jornada le tocó el turno a Francisco Cruz, tío de Gabriel Cruz. El familiar aseguró que la asesina confesa se puso “muy nerviosa” cuando días después de la desaparición del menor vio aparecer a un grupo de personas que la sorprendieron en la finca en la que mató al pequeño, de 8 años.

Asimismo, aseguró que le "llamó la atención" que, un día después de la desaparición y muerte violenta del menor, en la finca familiar de Rodalquilar, en Níjar (Almería), hubiese contra la pared "una pala, un rastrillo y un hacha, ordenados, bien puestos, en línea, como cuando vas a un examen y colocas los bolígrafos en línea".

En su declaración, Ana Julia Quezada señaló que Gabriel cogió un hacha que había en la finca y empezó a gritarle. "Me dijo que era fea, que quería que me fuera a mi país, me llamó negra", añadió entre lágrimas.

"Me extrañó muchísimo porque Ángel no tiene herramientas allí. La pala estaba en otro cortijo que vendimos y del que se limpió todo para pasarlo a casa de mi madre en Las Hortichuelas", respondió en lo que supone un primer apunte para intentar apuntalar que Quezada actuó con premeditación y supuestamente trasladó las herramientas al lugar donde tendría planeado cometer el crimen.

La defensa de la procesada, no obstante, le hizo notar que en su declaración en instrucción se "limitó" a comentar que le "sorprendió que estuvieran tan apiladas" e intentó aportar su testimonio para que lo examinase el jurado popular, lo que la magistrada-presidenta ha rechazado al considerar que no había incurrido en "contradicción" el testigo. 

Con anterioridad ha prestado declaración, tras renunciar las partes a la testifical del exmarido de la acusada y padre de su hija, el capitán Zaldive de la Guardia Civil, quien remarcó que el "punto de inflexión" para "priorizar" la investigación sobre Ana Julia Quezada fue el hallazgo de la camiseta en un cañaveral cinco días después de la desaparición.

"Extrañamente aparece en una zona, aislada, no de paso, que ya habíamos batido y ella defendía que era del niño porque lo había vestido ese día. Ahí entramos en contradicciones porque la abuela dijo que no lo hizo, por lo que a partir del día 3 de marzo centramos los operativos policiales en Ana Julia Quezada", concluyó. 

Las grabaciones

"Tranquila, Ana, no vas a ir a la cárcel". Estas fueron las palabras que recogieron los investigadores a través de las grabaciones que habían grabado en el coche de Quezada. Fue la propia acusada quién pronunció esas palabras. 

En su declaración ante el jurado popular el guardia civil apuntó  que en las grabaciones realizadas gracias a los micrófonos instalados en el coche de la investigada se escucha "cómo mete el cuerpo en el coche, sacude las manos y dice: A dónde lo llevo ahora, a qué invernadero lo llevo".

"La sensación que tengo es que el niño estaba enterrado en una fosa muy pequeña para tenerlo allí en un espacio limitado de tiempo. Se puede aguantar dos, tres, cuatro días", resaltó.

En su opinión, Ana Julia no esperaba "el mayor despliegue de búsqueda de una persona por parte de cualquier organismo del Estado" y una repercusión mediática como la que tuvo el caso, por lo que esta labor policial y el "impacto mediático y social evidentemente retrasó la idea" que -dice- tenía de llevar el cadáver a "un sitio seguro para ella".
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