Homenaje a Miguel Ángel Blanco, el deleznable asesinato de ETA

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48 horas angustiosas que acabaron con un asesinato frío, cruel y deleznable. El 10 de julio de 1997 la banda terrorista secuestraba a un concejal de la localidad vizcaína de Ermua que llevaba tan solo dos años afiliado al Partido Popular. Miguel Ángel Blanco tenía solo 29 años cuando los terroristas lo abordaron en una calle de su localidad natal. Lo metieron en el maletero de un vehículo. Solo lo sacaron de allí para acabar con su vida. 

Veinte años después, nadie olvida ese asesinato que sirvió para unir a los españoles contra los ataques terroristas de ETA. Este lunes, el homenaje a Miguel Ángel Blanco provocó una sonora bronca entre PP y Podemos

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, enfadó a los populares al negarse a colgar en la fachada del Ayuntamiento una pancarta en recuerdo de Blanco y a convocar una concentración para homenajearle.

Carmena alega que realizar esas actividades, como le pide el Movimiento contra la Intolerancia, supondría “destacar a una víctima por encima de las demás”. La negativa de la alcaldesa a homenajear al concejal del PP victima de ETA provocó al PP que criticó durante su actitud. 

El portavoz del PP en el Ayuntamiento madrileño, José Luis Martínez-Almeida, anunció  que su partido colocará una pancarta para recordar a Blanco en la plaza de la Villa. Lo hará este miércoles por la mañana y aprovechará la ocasión para organizar una concentración a favor del edil asesinado.

Martínez-Almeida pidió a Carmena que “rectifique”. No fue el único. La vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, también ha reclamado a la alcaldesa que “reconsidere su posición de rendir un homenaje simbólico a Blanco porque es un homenaje simbólico también a todos los españoles por esas 48 horas de dolor".

El asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de la banda terrorista ETA compone uno de los episodios más angustiosos de la historia reciente de España. La hermana del concejal,  Marimar Blanco, asegura que en esos recuerdos tiene grabada aquella "marea humana" que invadía las calles, la imagen del País Vasco gritando "libertad" y lo que finalmente simbolizó: "Con la muerte de mi hermano la sociedad vasca dejó de justificar el asesinato de seres humanos".